20 de diciembre de 2006

DELIRIO

Estiro la mano buscando la tuya,
encuentro aire.
Volteo la mirada pero no estás,
te has ido, desapareciste;
y tu risa me abraza,
me asfixia.

Veo en la calle tu imagen...
junto a un hombre que desconozco:
lo abrazas y lo besas.
Tu sonriza aprieta alrededor de mi cuello.
El néctar, producto de nuestras noches,
se esfuma,
evaporándose con lentitud ante mis ojos,
yo nada puedo hacer.

El sonido de tus labios
en los oídos de otros.
El roce de tus labios en sus mejillas.
La suavidad de tus manos en un cuerpo que no es mío.
Mi locura en mí mismo,
la rabia en impotencia.
El calor,
los golpes,
la sangre...

Las caricias en mi mano
me obligan a abrir los ojos:
y es mi habitación,
y soy yo,
y eres tú, tan bella
que tengo miedo de ser reemplazado.

9 de diciembre de 2006

TORMENTA

El corazón de las montañas
se regocija con la niebla
cuando los gigantes del cielo
se golpean mutuamente y derraman
su sangre en millares de gotas.

Durante la noche aullan
los lobos del árbol
para mantener su territorio.
También aulla el viento
y derrota a las hojas salvajes.

Vuelan las dagas sin filo
hasta el hogar de hombres y bestias:
recubren el piso unidas
para formar puentes
de insectos perdidos
en medio de lagos.

El cielo se queja de las heridas
que llegan hasta el suelo.
Y las olas rocosas tiemblan
desde la más profunda caverna...

Entonces mi cuerpo se sacude
y mis pupilas revientan
porque tú,
con tu soberbia de Diosa,
te has dignado a mirarme.

Para A. G. S. O. M. con todo mi cariño.