La mirada se ha opacado,
el brillo se desvanece
sin la escritura correcta.
La creación se muda,
el río de oro se seca
sin la inspiración adecuada.
Y de los montes a los valles
el viento lleva las nuevas volando,
para que no se olvide el mundo
de aquellas cosas memorables.
Y de la noche amarga cual café
a la luna de verde brillar,
mi alma reescribe su historia.
Sólo el Tiempo conocerá el final.