28 de diciembre de 2007

MUERTE INSTANTÁNEA

Allí estaba yo -con el alma destrozada-, cansado, triste, lleno de coraje a mí mismo.
Allí estaba ella -con el corazón radiente-, fresca, alegre, abrazada a Él.
Y allí estaba él -con ella en sus brazo-, orgulloso, enorme, burlándose de mí.

Cuando ya no pude soportarlo más me levanté, comencé a andar y crucé la calle. Pero al llegar al otro lado ella lloraba y se jalaba los cabellos. Él por su parte, tenía el rostro cubierto de miedo. Estaba blanco y no podía sostenerse en pie.
Me acerqué a ella y le pregunté qué pasaba, pero me ignoró y continuó llorando sosteniendo algo entre sus brazos que no distinguí. Entonces quise abrazarla y no pude. Y la gente comenzó a reunirse alrededor nuestro, señalando y susurrando. No sabía lo que pasaba.
Comenzó a oirse el ruido de las sirenas y las ambulancias llegaron en el acto. Los enfermeros corrieron a nosotros. Sólo entonces comprendí la verdad.
Allí estaba el auto -con las llantas lisas-, negro, pesado, con el capó y la defensa abollados.
Allí estaba Aquel -llorando también-, blanco, solo, abrio, con la billetera en la mano.
Y allí estaba yo -con el cuerpo destrozado-, rojo, frío, muerto.

3 comentarios:

Ana Corvera dijo...

mi estimado lartiz, tu siempre con tu buena narrativa. gracias por no olvidarte de los dias de luna inmóvil. no creas, a mi tambien me remuerde un poco no visitarte tanto como debiera, pero ya sabes, la vida corre y de pronto estás todo el día en una oficina o entras en otro mundo y te cuesta salir. pero aqui ando mi querido lartiz, deseandote igualmente lo mejor para el 2008. un beso y un abrazote.

Sandra Becerril dijo...

Qué milagro, me encanta leerte este primer día del año...

Que este 2008 esté lleno de bendiciones y buena vibra para ti...
Besos!

MujeresNet.Info dijo...

Sigue escribiendo tan bien este nuevo año... feliz 2008!