El rostro pecoso;
la sonrisa menguante
que muestra sus blancos dientes;
el lunar junto a la boca.
El ojo ciclópeo de ardiente mirada;
el arrebol de la mejilas
y la sonrisa ruborizada
que embriaga en el ocaso.
Las cicatrices que parten en dos,
gritos horrísinos y exaltantes;
las lágrimas abundantes
de furia y placer.
Tu rostro en el mío
devorándolo cual huracán.
Tus besos, los míos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario