ESPECTRO
Las olas del cielo se agrupan,
esparcen su sombra sobre la tierra;
los ríos de luz azotan
las casas de primitivos seres:
comienza a caer la lluvia.
Me detengo al sentir las gotas,
imagino tus dedos en mi rostro.
Me uno al llanto de mi padre
cuando tu ausencia me golpea
con el puño de hielo salido de tus labios:
es que no me permites
saber la verdad.
La melodiosa voz del agua
apenas iguala los sonidos que pronuncias,
y mi blanca memoria
tan sólo tiene cabida para ti,
te extraña.
Veo tu imagen al frente
protegida de la lluvia que muere.
Me acerco:
desapareces como el vapor
de un vidrio empañado,
como el blanco granizo en la mano,
como naranja sol en el crepúsculo.
Sólo la estela dorada
es captada por mis ojos.
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