24 de marzo de 2006

EPITAFIO

Que baste reír cuando estoy muerto
no significa que estoy triste.
Si me encuentro en elmundo subterráneo
dejadme ahí que allí vivo.
Quieran los Dioses permitirme ser libre,
puedan los hombres comprender mi locura.

Retomo el tema social y político
y presumo de tremenda ignorancia:
¡no quiero saber, no quiero ser ellos!
Me encuentro con la euforia en la tumba.
Usurero de ideas que reacciona
en contra de tendencias canónicas.

Me basta escuchar la risa sobre al tierra
en lugar del golpe de lágrimas,
al fin y al cabo la muerte me da vida.
Se cansa el orbe del tiempo medido
con su diplomacia fingida
por burócratas especialistas.
¡Ay, déjenme en el suelo!,
cada lombriz es más sana
que mis propios compañeros de sangre.

Si me obligan a matar el arte,
prefiero ser yo el muerto,
muerto soy, más que vivo,
más que sueños utópicos de letrados
que nada saben de conciencia,
que nada hacen por sus hermanos.
¡Hipocresía, eso sí es morir!,
es la vacuidad de mi raza;
no lo es la locura que me invade.

Quiero que se grabe en la roca
que soy feliz por haber fallecido,
tállenlo con mis huesos enfermos
y para tinta utilicen mi sangre.
Soy poeta nocturno del vino,
por eso en la noche vuelvo a nacer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Isra:

Me gustó tu "Epitafio", es un poema fuerte, cargado de sentimiento y verdad que no hace si no desmentir tu idea de estar muerto. Los muertos no sienten.

Te mando un saludos, nos vemos.

Israel dijo...

Podrá leer esto la compañera tanto como no, de cualquier forma le agradezco su comentario.
Y sí, parece contradictorio, pero por eso al final digo "vuelvo a nacer", porque en realidad la única muerte que poseo es espiritual.
Nuevamente gracias, yo sé que vuestros comentarios siempre estarán encaminados hacia el progreso de uno como escritor.

Atte.
Lartis