23 de marzo de 2006

HUMANIDAD

Fui escaldo en una época anterior al tiempo
cuando la poesía era una con la naturaleza
y cada elemento se fucionaba con calma.

Y hoy, hoy que estoy viejo,
vuelvo a ver la tierra,
pero está manchada, putrefacta,
obsena, sin vida,
cómo poder escribir poesía:
ahora no tengo espíritu de aeda,
ni de juglar, ni de bardo, ni de escaldo;
me falta creatividad para ser poeta.

Serpiente emplumada,
¿acaso tus líricos se han ido?
Voy al fondo, al fondo,
donde las sombras viven,
donde habita la sierpe maldita,
para vencerla y ocupar su mundo solo.

Soy el camino intrasitable
que confunde al débil de mente,
soy cantor y traficante de mitos,
amigo invisible del tiempo mismo.
Vengan los versos a mí
y las armas tropoides
para que la batalla sea ganada
por ideas fijas e incoherentes.
¡El niflheim fue abandonado
para que los seres habitaran la tierra!

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