20 de diciembre de 2006

DELIRIO

Estiro la mano buscando la tuya,
encuentro aire.
Volteo la mirada pero no estás,
te has ido, desapareciste;
y tu risa me abraza,
me asfixia.

Veo en la calle tu imagen...
junto a un hombre que desconozco:
lo abrazas y lo besas.
Tu sonriza aprieta alrededor de mi cuello.
El néctar, producto de nuestras noches,
se esfuma,
evaporándose con lentitud ante mis ojos,
yo nada puedo hacer.

El sonido de tus labios
en los oídos de otros.
El roce de tus labios en sus mejillas.
La suavidad de tus manos en un cuerpo que no es mío.
Mi locura en mí mismo,
la rabia en impotencia.
El calor,
los golpes,
la sangre...

Las caricias en mi mano
me obligan a abrir los ojos:
y es mi habitación,
y soy yo,
y eres tú, tan bella
que tengo miedo de ser reemplazado.

2 comentarios:

Ricardo Olvera dijo...

Hola,

Gracias por visitar me blog y por dejarme tus comentarios

Igual es mi primera visita y estoy disfrutando tus escritos

Sigo en tu blog!

Saludos felinos

Ana Corvera dijo...

Muchos temen escribir bajo el influjo del amor, inspirarse en él y escrbir, si no de él, si dentro de su ambiente. Pero tú demuestras que no debe haber prejuicios, que siempre puede decirse algo nuevo al respecto, algo que venga a refrescar todo lo que se ha dicho, pues ofreces al mundo esta manera tan especial que tienes tú de sentirlo. Qué mejor manera de terminar el año que en este influjo. Mil gracias por tu amistad y por no dejar solito mi blog, ha sido un gusto. Como habrás leído por ahí este fin de año es el comienzo de muchas ocupaciones, pero seguro echaremos una buena plática. Feliz Navidad amigo, no dejes de escribir.