15 de septiembre de 2006

DESTELLOS

Bajaba del tramo de cerro
envuelto en fino papel obsidiana,
sus palabras cubriendo mi rostro
d e l e t r e a n d o su nombre.

La noche, destellos, miradas,
sonrisas, palabras, pequeños pellizcos;
sonoras canciones
que gobiernan mi alma.
La luz es más tenue en su pálida piel.

Extraños espejos de roto cristal
reflejan mis cortos periodos
de infantil sentimiento:
el control que ejerce sobre mi corazón.

Estrellas y nubes, gotas y flores:
concierto cromático en el crepúsculo.
Hoy se ha impregnado su aroma
en la sangre que bebo.
Mente brillante que da indicios
de amor en tan sólo un segundo.

2 comentarios:

Ana Corvera dijo...

Hay ya muy poca gente apasionada por la naturaleza y este es, definitivamente, algo muy triste. Te felicito por buscar y moverte en este lenguaje, que pertenece cada vez a menos personas. un abrazo.

Israel dijo...

Gracias. No puedo evitar pensar en la naturaleza, es algo inexpicable que me mueve y me hace ver la vida de una manera.