17 de junio de 2006

CONQUISTA

¡Esa mirada!

El ave pasea dando vueltas
asechando a su presa;
su paso liviano,
finura en sus miembros.
Las plumas verdes, moradas...

¡Esa mirada!

Sus ojos cafés me miran un segundo,
basta eso para conquistarme.
Lo sabe,
por eso se aleja con la victoria:
ver su vuelo fértil
sobre el crepúsculo rojo:
un río que corre
partiendo la roca y el viento.

¡Esa mirada!

Soy su esclavo,
estoy perdido;
regresa para salvarme
de mi locura pero llora.
¡Ave de Paraíso... Faisán!
¿Qué rescate me das al cautivarme
con agua en los ojos de llanto, de risa?
¿Cuál es mi fin?
¿Dónde termina el río y comienza el mar?

¡Esa mirada!

Los subditos me espían,
estoy preso, cerca de ella,
las torres me impiden el paso
y comienza la batalla por la corona.
En el trono espera el Ave Reina.

¡Esa mirada!

Lluvia siniestra de piel clara,
lluvia humana de rizos teñidos,
lluvia escarlata ansiada por hombres,
lluvia verbal de aristócratas degradados,
lluvia de sangre derramada por sus coqueteos.

¡Esa mirada!

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