24 de junio de 2006

DECISIÓN ERRÓNEA

La risa, el banquete,
la nota de flauta.

En la sala de baile
los mantos purpúreos entonan
el canto de muerte.
La lanza ha roto el cuerpo
mientras la espada
abraza el cadáver.

El arpa, el laúd,
melodía de violín.

El vino eufórico
se escurre entre el lino rasgado
y la columna herida.
Un grito sin voz
acaricia la seda apagada
mutada del prado verde
a un río de magma.

La danza, la diva,
el cortejo de hombres.

La fuente de pie,
inmóvil su gesto,
dio de beber al borracho
y no al sediento.
La burla de uno invierte
la suerte del otro
y el cortejante de sano juicio murió.

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