11 de octubre de 2006

INCOHERENTE DESCRIPCIÓN

Dejar volar al ave,
símbolo de libertad,
no significa dejar el esclavismo atrás.
Es sólo un escape
a la verdad no inmediata,
la terrible realidad.

Los sueños son fantasmas
en los días soleados
cuando recae el ánimo
y la canción desaparece
bajo los efectos del alcóhol.

El orgullo es el velo ténue
bajo el cual cubrimos nuestro
órgano enfermo,
nuestra mente débil
y la razón desorbitada.

Dejar el "baúl de los recuerdos"
a un lado de la mesa
por si hay necesidad de abrirlo
esperando encontrar las respuestas
es permanecer solo
sin mirar jamás a las aves libres
que pasan por la ventana.

La noche, mágica vendeta de la luna,
es la casa de las hadas de algodón,
ninfas que lloran cada vez menos
porque las criaturas olvidan alimentarlas.

Dejar el cigarro encendido
sin haberlo probado siquiera un poco,
no es superar el miedo,
tener la fuerza necesaria
para combatir,
sino se trata tan sólo de un sueño,
de la cara invertidad de la luna
que oculta el verdadero sentir.

Todo lo anterior, al dejarlo de fuera
-ignorar su significado-
para sentirme yo
no es comprender mi esencia,
es pretender adivinar mis ideas difusas
cuando, con un simple sonrisa,
te colocas a mi lado sin hablar.

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