10 de mayo de 2006

MUJERES DE COLORES (IV. Agua)

PEQUEÑA GOTA AZUL


Las llamas quemaron mi alma
pero no acabaron con mi amor
porque Ella vive en mí,
llena un vacío irremediable
que no me satisface

Las llamas se expanden por mi ser,
pero una pequeña gota azul
me ha salvado.
Una lágrima que escurre
triste por su mejilla.

La aurora me envuelve,
lívida capa sin forma;
azul, plateada, roja;
la flama verdusca
que imagina asfixiarme.

¡Ay de ti, que sola quedas!
Gota azul, gota rota.
Te desprendes y…
¡Ay!,
que por poco mueres.
¡Oh! ¡Mi pequeña gota azul!

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