29 de mayo de 2006

MUJERES DE COLORES (VI. Luna)

VIVIFICACIÓN


Entre el cielo y la tierra
es risa silenciosa:
infinidad de palabras ahogadas.
Sus ojos sabios lloran lágrimas de zafiro
en su coraza de flores.

Es el crepúsculo,
la balada en medio de la noche,
con el laúd y la flauta,
el arpa y los tambores.
El bosque nos rodea
pues en medio de un claro estamos,
que la danza inicie.

Es ensueño alegórico
de fantasía europea
nacida de capullos inmaculados.
Con el grito de ¡angeltzin, angeltzin!,
le canto al oído:

Eres Luna eterna
que nada en la espuma del cielo,
sueño de mi sueño;
lluvia de sabores dulces,
de estrellas, de gemas;
dueña de los actos que cometo: mi locura.
Tu voz, sonidos de hadas,
acaricia la piel de blanco terciopelo
tan amada por mí.
Tus ojos de agua me someten,
sirena risueña.
Te canto y adoro.
Si el odio hirviera mi pecho
sería por tu muerte
y nacería el aullido
en mis labios dolidos y secos.

Con la suavidad de algodón
sus palabras penetran mi cuerpo,
es más que sueños plateados
de la noche espesa.
Es constante alineación de viejas ideas,
vivir y morir por igual: renacer.
Es sencillez y dulzura
en un cielo nocturno que sabe a gloria.

No hay comentarios.: