29 de mayo de 2006

MUJERES DE COLORES (VI.Luna)

MAREA


Me hablaste cuando no miraba,
en el crepúsculo ausente
mientras mis manos hurgaban el suelo.
La conciencia amargada
rechazó por un momento tus palabras.
En la frente un ojo de pavo real
veía tu estado interno,
no hubo mal que me intimidara.

Entendía las palabras como espuma,
pero tu ondínica figura
me hizo comprender mi error.
Erguí mi cuello,
luego me sumergí en el cercano mar
(sin él podría haber muerto),
y escuché.

Cantabas y danzabas.
Me enamoré de ti,
pero estabas lejos, tan blanca,
en el cielo hermoso,
así que estiré mis brazos azules
sin importarme hundir la tierra
e intenté abrazarte cada vez que te aproximabas.

Transcurre el tiempo,
no consigo llegar hasta tu hogar.
Le pediré a las gaviotas me levanten con fuerza,
a las gaviotas, a los albatros;
a las sirenas les pediré una perla,
la más hermosa,
para que cuelgue en tu cuello,
y me darán estrellas y conchas para tu cabello...

Estoy solo,
pero en la noche te observo en silencio
extasiado por tanta belleza,
y escucho tu voz,
que canta, me llama;
un día volaré en el firmamento
o tú nadaras en mi casa.

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